COMO AFECTA EL CALOR A LA SALUD DE LOS NIÑOS ESTUDIANTES, DIFICULTADES Y RECOMENDACIONES


Pedro Vallejo Pineda


Introducción

Ser sometido a períodos extremos y prolongados de calor tiene una miríada de efectos negativos - no sólo en la salud de los estudiantes (y profesores), sino también en su  funcionamiento y en la capacidad de prestar atención y aprender.
Investigaciones diversas han informado que los alumnos que estudian y son sometidos a altas temperaturas pueden ser apáticos, inquietos y fatigados, aquejados por el calor y la humedad. Otros, 1974, encontraron que temperaturas de entre 23 y 27 grados perjudica de manera significativa la velocidad de lectura y comprensión de aula.

Estas condiciones también causan malestar en los maestros por el ir y venir constante de los estudiantes, sobre una base regular; y tiene un impacto negativo en la continuidad y estabilidad del aprendizaje en los estudiantes.

1.     La importancia de la relación calor - agua y el cuerpo

El agua abarca las 2/3 partes del peso corporal (se encuentra en la sangre – 85%-en el cerebro -75%-, músculos -77%-, huesos -22%-, etc.), y es el medio en el cual casi todos los procesos del organismo se llevan a cabo. Interviene en funciones fisiológicas como la digestión y la respiración; favorece además, el correcto funcionamiento del cerebro, el discurrir mejor.

El calor  excesivo produce deshidratación la cual es la principal causa de los problemas que tienen los estudiantes en cuanto a su rendimiento escolar.

1.1 La deshidratación

Es una disminución de la cantidad de líquido existente en nuestro organismo lo que provoca una falta de agua del interior de las células. Esta situación se produce cuando la cantidad de líquidos ingeridos es menor de la que se elimina como consecuencia de las distintas funciones orgánicas.

El agua se pierde por evaporación en la respiración, sudoración, así como en la orina.


1.2 Las causas más habituales de la deshidratación

·         Diarreas.
·         Vómitos.
·         Sudoración excesiva en situaciones de calor/ actividad intensa.
·         Procesos febriles.

1.3 Síntomas asociados a la falta de hidratación

La sed es uno de los primeros síntomas de deshidratación, además de:
  • Dificultad de concentración.
  • Dolor de cabeza.
  • Escozor de ojos.
  • Aumento de la temperatura corporal.
  • Ardor de estómago.
  • Taquicardias.
  • Cansancio/Fatiga.


1.4 Deshidratación y Rendimiento Mental

Diversas investigaciones han comprobado que; primero, Si perdemos el 1% del líquido que nuestro cuerpo necesita, afecta a la capacidad de reaccionar y la memoria es menor. Segundo, a partir del 2% de la pérdida de líquido de nuestro cuerpo se producen pérdidas momentáneas de memoria, disminuye significativamente la atención, las respuestas reflejas, la coordinación psicomotriz, la voluntad y pensamiento, y la coordinación visual y motora.
Tercero,  si la perdida de agua es de más del 3% de los líquidos corporales pueden aparecer fuertes dolores de cabeza, alteración en la destreza, y desorientación.
Finalmente, si se superan el 6% es frecuente que se produzcan delirios y/o alucinaciones, disminuye drásticamente la memoria a corto plazo, la capacidad de concentración, así como la capacidad intelectual va disminuyendo de forma progresiva y  muchas funciones cognitivas se ven debilitadas cuando el cuerpo va perdiendo líquidos.

2.     Como afecta la falta de agua al cerebro

La deshidratación en el cerebro afecta peligrosamente a los neurotransmisores y, por tanto a las funciones cognitivas complejas en las que participan (Solera Herrera y Salazar Rojas, 2001; Marcela Ramos y cols., 2007). La deshidratación interfiere en el riego sanguíneo, y por tanto, hay menor oxigenación cerebral, lo que explica adecuadamente la letargia que se produce en el rendimiento cognitivo (Grandjean y Cambell, 2005; Armstrong y cols., 2008)
Los sujetos que están hidratados adecuadamente muestran un rendimiento superior en los test de inteligencia, en los tiempos de reacción, en la capacidad de concentración, en la velocidad motora y en la memoria explícita.

2.1 Efectos  múltiples de la deshidratación ocasionada por el calor excesivo  en los estudiantes

·         Efectos en la memoria

La deshidratación afecta específicamente a los procesos de codificación de la memoria, de ahí la dificultad para acceder y/o recuperar la información almacenada en los sistemas de memoria, pero también se ven afectados los procesos de consolidación almacenamiento y evocación-recuperación, que no funcionan correctamente por las modificaciones funcionales que se producen en el hipocampo (Divullar y cols., 2004; Petersen y cols., 1992; Da Silveira, 2006). Los estados de deshidratación llevan asociado un déficit cognitivo que puede provocar fallos en los sistemas de información verbal, visual y espacial de la memoria y en el almacenamiento de la información (Sharma y cols., 1986; Newcomer y cols., 1999; Divullar y cols., 2004).

Memoria a corto plazo  Entendida como la capacidad de almacenamiento de la información de forma inmediata (Da Silveira, 2006). En el estudio realizado por Yair Bar-David, Jacob Urkin y Ely Kozminsky, sobre los efectos de la deshidratación en los estudiantes de primaria, encontraron que el grupo de sujetos con un mayor nivel de hidratación, las puntaciones en los test de rendimientos cognitivos eran significativamente más altas en cuatro de ellos, sobre todo los que medían la memoria auditiva inmediata, incrementándose el spam (la cantidad de ítems que se es capaz de recordar de forma inmediata.

En base a la instrucción siguiente “Te voy a decir una serie de números que tú me tienes que decir en el mismo orden que yo te he dicho”). También fue mejor la realización, aunque en menor medida, en tareas perceptivas, como encontrar las figuras escondidas y en la capacidad de abstracción (encontrar categorías). Solera y Salazar (2001), encontraron diferencias en el spam de la memoria auditiva inmediata con una deshidratación del 1,78%. También se observa una disminución de la memoria operativa,  un tipo de memoria que se utiliza de forma inmediata y que coordina su uso por otras partes del cerebro (MacLeod y McLaughlin.

La memoria de trabajo Sirve para localizar la información mientras intentamos resolver el problema o la situación en la que nos encontramos. Y es altamente sensible a la deshidratación moderada, encontrándose efectos a partir de un 2% de deshidratación (Gopinathan y cols., 1988; Sharma y cols., 1986; Da Silveira, 2009; Van Londen 1998). Se observa una disminución significativa de su rendimiento a partir del 1% de la deshidratación corporal (Cian y cols., 2000)

La memoria verbal Sus funciones específicas son retener la información, apoyar el aprendizaje, potenciar nuevos conocimientos, comprender el ambiente y facilitar la resolución de problemas (la forma de medirlo consiste en el aprendizaje y posterior recuerdo de una lista de palabras), se comporta de manera muy sensible a la restricción de líquidos (Gopinathan y cols., 1988).

Memoria semántica La deshidratación se asocia con un número creciente de fallos de rememoración para los nombres propios y para los nombres de los objetos (fallos, la clásica frase” lo tengo en la punta de la lengua”) (Newcomer y cols., 1999). La memoria a largo plazo se ve afectada a partir de un 2,8% de deshidratación, sobre todo para el seguimiento del ejercicio (Cian y cols., 2000).

Memoria motora o memoria procedimental Es la responsable de poner en marcha los aprendizajes ya automatizados) no es especialmente resistente al declive del balance hídrico y se mantiene bastante bien preservada en los procesos de deshidratación (Dougherty y cols., 2009; Baker y cols., 2007).

·         Efectos en la velocidad de procesamiento

El conjunto de los datos científicos y clínicos muestran un enlentecimiento general del conjunto de las funciones cognitivas asociado al estado de deshidratación. La velocidad de los procesos cognitivos disminuye en este estado (Da Silveira, 2006). El tiempo de reacción es una de las funciones del rendimiento cognitivo más vulnerables por cualquier situación de deshidratación. Ya en el año 1972, Leibowitz y su equipo llevaron a cabo una investigación en la que sometían a los participantes a una temperatura elevada durante seis horas mientras realizaban ejercicio físico, para conseguir una deshidratación del 2-2,5% del peso corporal. Y encontraron que el tiempo de reacción ante estímulos periféricos había variado. Niveles de deshidratación de un 1% son suficientes para perjudicar el rendimiento en el ejercicio psicomotor, afectando a los tiempos de reacción (Gopinathan y cols., 1988)

·         Efectos sobre la atención

Una deshidratación a partir del 2% o más tiene un impacto negativo en la atención (Guía de la Hidratación y la Salud; Gopinathan y cols., 1988), Sharma encontró efectos en taras de atención como la sustitución de símbolos con una deshidratación del 3% (Sharma y cols., 1986). La interferencia de la deshidratación se aprecia en la capacidad de atención y explica la lentitud y los fallos en los tiempos de reacción relacionados equívocamente con problemas de seguridad y solución de problemas (Leibowitz y cols., 1972). En pocas horas (12 a 13 horas) de deshidratación, hay una caída significativa de la capacidad de concentración. Con una deshidratación del 1,78% Solera y Salazar (2001), encontraron efectos en la atención selectiva visual. Con el 2,8% de deshidratación, se observan errores en el rastreo visual (atención selectiva visual). (Gopinathan y cols., 1988) y en la percepción de discriminación (Cian y cols., 2000). Y con el 2,7% una mayor dificultad de concentración. (Shirreffs y cols., 2004).

·         Efectos en la comprensión

En situaciones de deshidratación, los errores semánticos son mayores y la ejecución en las tareas de comprensión es más deficiente. (Gopinathan y cols., 1988; Grandjean y Campbell, 2005; Cian y cols., 2000; Murray, 1987). Los estudios realizados por Ramsey (1995) muestran que la fatiga mental inducida por la deshidratación explica el déficit en la fluidez y la comprensión verbal.

·         Efectos sobre la capacidad de aprendizaje

Investigadores como, Da Silveira, 2006, aseguran que la deshidratación reduce la capacidad de aprendizaje; otros afirman la existencia de deficiencias de rendimiento en aprendizajes, cálculos aritméticos, memorias de listas de palabras, razonamiento verbal, comprensión, rememorización, fluidez verbal, así como un aumento significativo del número de errores y la solución de problemas (Aragón y cols., 1999; Murrya, 1996; González Alonso y Coyle, 1988).
La coordinación óculo-manual se ve sensiblemente disminuida con una deshidratación del 2% (Gopinanthan y cols., 1988; Cian y cols., 2000). Sharma encontró efectos en la coordinación visomanual a partir de un 1% de deshidratación (Sharma y cols., 1986). Una deshidratación más allá del 2% se traduce en un detrimento de la habilidad aritmética (cálculo mental) de la memoria a corto plazo y de la percepción visual (Gopinathan y cols., 1988).

·         Efectos sobre la resolución de tareas
Epstein y su equipo, 1980,  concluyeron a través de un estudio en el que se les inducía a los sujetos una media de deshidratación del 2,5%, mediante un aumento de temperatura, que la deshidratación tenía poco efecto en las realización de las tareas complicadas el calor producía una reducción del 17,5% del rendimiento de la prueba, afectando primero al rendimiento psicomotor, que se deteriora incluso antes de que empeore el rendimiento cognitivo.

2.2 Deshidratación producida por el calor excesivo, nivel psicológico en los estados de ánimo de los estudiantes

·         Deshidratación y Estados Anímicos

La deshidratación cerebral afecta al equilibrio anímico del sujeto, relacionándose con estados afectivos como la tristeza, el decaimiento e incluso con la depresión (Solera Herrera y Salazar Rojas, 2001). Con una deshidratación del 2,7%, causada por una limitación en la ingesta de líquidos, los sujetos se sienten más cansados y se reducen los niveles de alerta (Shirreffs y cols., 2004; Szinnai y cols., 2005) y aparecen dolores de cabeza (Shirreffs y cols., 2004).

3.     El cuerpo y la necesidad de agua

Proveerse de agua en cantidades correctas puede, por lo tanto, prevenir la deshidratación y reducir el perjuicio del estrés térmico. Señalan los autores la evidencia creciente que los efectos (con temperaturas ambientales elevadas) de la deshidratación y del ejercicio físico pueden deberse a su efecto sobre el sistema nervioso central, lo cual parece implicar a las funciones serotoninérgicas y dopaminérgicas. Recientes evidencias sugieren que la integridad de la barrera hematoencefálica puede estar comprometida por la combinación del estrés térmico y la deshidratación, lo cual puede jugar un papel importante limitando el rendimiento en casos de calor. Aunque los estudios han señalado como bastante plausible la relación entre la adecuada hidratación y el rendimiento cognitivo en niños y en adultos, Edmonds y cols. en 2013 han intentado recientemente aislar el papel psicológicamente positivo que podría tener la ‘expectativa de recibir agua’.


Conclusiones

1.     La mayoría de los estudios realizados sobre deshidratación producida por el excesivo  calor son coincidentes en el hallazgo de una disminución estadísticamente significativa de la percepción, atención, memoria, pensamiento, lenguaje y del rendimiento psicomotor en los estudiantes. La deshidratación también influye en los estados anímicos, sobre todo en estados de tristeza y decaimiento y con la ansiedad.

2.     El estrés y la deshidratación conllevan repercusiones en el rendimiento intelectual, lentitud del pensamiento y de los reflejos y un aumento significativo de los errores en la solución de conflictos.

3.     Un 2% o más de deshidratación en los estudiantes debido al calor excesivo inducida por ejercicio o elevada temperatura implica una disminución de la memoria a corto plazo, de la puntería, de la percepción de discriminación, del rastreo visual motor, de la atención, de la eficiencia aritmética y del tiempo de reacción.

4.     Grados moderados de deshidratación, situados en un intervalo del 2,5 al 2,8% de pérdida de peso corporal,  en los estudiantes debido al calor excesivo implican cambios significativos en la capacidad cognitiva, en la capacidad de atención y en el aumento progresivo de la fatiga física y psíquica.

5.     Un 3% de deshidratación en los estudiantes debido al calor excesivo conlleva la disminución del flujo sanguíneo cerebral y es suficiente para inducir desorientación cognitiva y dolores de cabeza.

6.     Con un 4% de deshidratación,  en los estudiantes debido al calor excesivo, la velocidad aritmética y motora muestra una mayor disminución. A partir del 6% de deshidratación es frecuente que se produzcan delirios y /o alucinaciones.


Recomendaciones

El rendimiento físico y cognitivo, el estado de ánimo y otros aspectos del bienestar y la salud de las personas y de los estudiantes son consecuencia de situaciones fisiológicas y ambientales muy complejas.
1.     Fomentar la ingesta adecuada de agua en todas las edades y situaciones vitales.

2.     Crear unos hábitos adecuados de bebida preventivos ante la aparición de la sed, especialmente cuando hay grupos de población (como ancianos y niños, por ejemplo) que pueden tener una percepción alterada de la sed.

3.     Recordar que los requerimientos hídricos del organismo pueden ser cubiertos perfectamente ingiriendo agua,  frutas,  bebida rehidratantes.

4.     A pesar  que muchos estudiantes locales poseen un cierto nivel de aclimatación al calor, las actividades programadas deberán ser modificados de forma continua. Las modificaciones incluyen más descansos regulares, la toma de bebidas, duración, actividad reducida cobertura de sombra.

5.     Aparados para evitar la híper sudoración; como ventiladores u otros medios de refrigeración tipo aire acondicionado.


BIBLIOGRAFIA


1.     Álava Sordo, S, Martínez Álvarez, J (2013) Rendimiento Cognitivo, Hidratación y Agua Mineral Natural; Informe científico del Instituto de Investigación Agua y Salud en: http://www.institutoaguaysalud.es/documentos/170_06_2013_Informe_cientifico_rendimiento_congnitivo_hidratacion_y_agua_mineral_natural.pdf recuperado el 18 de junio de 2016.
2.     Brendon Hyndman, (2015), El Calor en las Aulas del Norte de Australia podría impedir el Aprendizaje en:  http://theconversation.com/the-heat-in-northern-australian-classrooms-could-impede-learning-44592, recuperado el 18 de junio del 2016.
3.     García Figueroa, T (2012), Hidratación y Rendimiento Escolar, en educa web; http://www.educaweb.com/noticia/2012/09/17/hidratacion-rendimiento-escolar-5720/, recuperado el 18 de junio del 2016.




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