Las perspectivas de Kanner sobre las actitudes parentales


Leo Kanner fue un psiquiatra austro-estadounidense de gran influencia en el campo de la psiquiatría infantil. Nació en 1894 en Klekotów, un pueblo que entonces formaba parte del Imperio austrohúngaro y que actualmente pertenece a Ucrania. Falleció en 1981.

Kanner es mejor conocido por su trabajo pionero relacionado con el autismo. En 1943, publicó un estudio seminal titulado "Autistic Disturbances of Affective Contact", donde describió por primera vez un grupo de niños con características que hoy reconocemos como trastorno del espectro autista (TEA). Este trabajo marcó el comienzo de la comprensión moderna del autismo.

A pesar de estas revisiones a su trabajo, el legado de Leo Kanner como uno de los pioneros en el estudio de los niños sigue siendo significativo en la historia de la psiquiatría y la psicología infantil.

Dicho esto, para el presente, las actitudes de los padres según la perspectiva histórica de Kanner, se podrían considerar las siguientes categorías, adaptándolas a un enfoque más contemporáneo y basado en evidencia:


1. Actitud Emocionalmente Distante:

La idea de Leo Kanner sobre las "madres nevera" se refiere a padres que muestran una actitud emocionalmente distante o fría hacia sus hijos. En su tiempo, Kanner sugirió que esta actitud podía estar vinculada con el desarrollo de trastornos como el autismo, aunque esta teoría ha sido ampliamente refutada en décadas posteriores.

En la actualidad, entendemos que la actitud emocionalmente distante de algunos padres puede ser el resultado de una variedad de factores más complejos y multifacéticos. Por ejemplo, la salud mental de los padres, como la depresión o el estrés, puede influir en su capacidad de proporcionar afecto emocional. Además, las experiencias personales de crianza y el propio historial de relaciones afectivas de los padres pueden afectar su estilo de vinculación con sus hijos.

2. Actitud Protectora y Controladora:

Esta actitud se observa en padres que pueden ser excesivamente protectores y controladores, particularmente en casos donde los niños tienen necesidades especiales, como el autismo. Estos padres pueden sentirse impulsados por el miedo y la preocupación, llevándoles a adoptar un rol más intervencionista y a veces sobreprotector.

Aunque estas acciones suelen estar motivadas por el amor y el deseo de proteger al niño de desafíos y dificultades, pueden tener efectos secundarios no intencionados. Por ejemplo, la sobreprotección puede limitar las oportunidades de los niños para desarrollar autonomía, habilidades de afrontamiento y resiliencia. En casos extremos, puede conducir a una dependencia excesiva o a una baja autoestima en el niño.

En este contexto, es vital para los profesionales de la salud mental trabajar con estos padres para ayudarles a encontrar un equilibrio, fomentando la independencia y el crecimiento personal del niño mientras proporcionan el apoyo y la guía necesarios. Esto puede incluir educar a los padres sobre el desarrollo infantil, ofrecer estrategias de afrontamiento y promover una actitud de apoyo que permita al niño explorar y aprender dentro de un entorno seguro.

3. Actitud de Aceptación y Apoyo:

Los padres que muestran una actitud de aceptación y apoyo se caracterizan por su capacidad para reconocer y valorar las diferencias y necesidades únicas de sus hijos. Esta actitud es fundamental en la crianza de niños con necesidades especiales, como aquellos en el espectro autista, pero es igualmente beneficiosa para todos los niños.

Estos padres se esfuerzan por comprender el mundo desde la perspectiva de sus hijos y buscan activamente recursos y estrategias para apoyar su desarrollo. Esto implica no solo aceptar las características individuales del niño, sino también celebrar sus fortalezas y trabajar de manera constructiva en sus desafíos.

Un aspecto clave de esta actitud es la promoción de un entorno en el que el niño se sienta seguro, amado y valorado. Los padres proporcionan una base sólida para que el niño explore, aprenda y crezca, asegurándose de que tengan las oportunidades y los recursos necesarios para alcanzar su máximo potencial. Esta actitud también incluye la colaboración con profesionales y la participación en comunidades de apoyo, lo que puede ser especialmente valioso en el manejo de necesidades especiales.

 


4. Actitud de Negación o Incomprensión:

Por otro lado, algunos padres pueden experimentar dificultades para reconocer o aceptar las necesidades especiales de sus hijos, como en el caso de trastornos del espectro autista. Esta actitud de negación o incomprensión puede originarse en una variedad de factores, incluyendo miedo, falta de información, o incluso creencias culturales.

La negación de las necesidades especiales del niño puede llevar a una falta de apoyo adecuado y a un retraso en la búsqueda de intervenciones beneficiosas. Esto puede tener consecuencias significativas en el desarrollo del niño, ya que las intervenciones tempranas son a menudo cruciales para abordar eficazmente los trastornos del desarrollo.

La incomprensión también puede manifestarse en expectativas poco realistas hacia el niño, lo que puede generar frustración y estrés tanto para el niño como para los padres. Es importante que los profesionales que trabajan con estas familias proporcionen educación, recursos y apoyo para ayudar a los padres a comprender mejor y aceptar las necesidades de sus hijos. Esto incluye facilitar un espacio seguro para el diálogo, ofrecer acceso a información actualizada y conectar a las familias con redes de apoyo que puedan compartir experiencias y estrategias útiles.

 

5. Actitud de Colaboración y Búsqueda de Recursos:

Los padres con una actitud de colaboración y búsqueda de recursos demuestran una notable proactividad y compromiso con el bienestar y desarrollo de sus hijos. Esta actitud es particularmente beneficiosa en el caso de niños con necesidades especiales, pero es igualmente valiosa para todos los niños.

Estos padres se caracterizan por su disposición a aprender y a adaptarse constantemente. Reconocen la importancia de buscar ayuda externa y están dispuestos a colaborar con profesionales de la salud, educadores y terapeutas. Entienden que la crianza es un proceso que a menudo requiere conocimientos y habilidades que pueden estar fuera de su experiencia inmediata.

Además, estos padres suelen ser muy activos en la búsqueda de recursos y tratamientos que puedan beneficiar a sus hijos. Esto incluye investigar sobre las últimas terapias, participar en grupos de apoyo, y buscar oportunidades educativas que se adapten a las necesidades específicas de sus hijos.

La participación en comunidades, ya sean en línea o en persona, es otro aspecto importante de esta actitud. Estos padres a menudo se involucran en grupos de apoyo y redes de padres, donde pueden compartir experiencias, consejos y recursos. Esta interacción no solo proporciona apoyo emocional, sino que también les permite estar al tanto de las mejores prácticas y novedades en el cuidado y educación de niños con necesidades especiales.

Esta actitud de colaboración y búsqueda activa de recursos refleja un compromiso con el aprendizaje continuo y la adaptación, reconociendo que la crianza es un viaje que evoluciona constantemente. También subraya la importancia del trabajo en equipo en la crianza de los hijos, donde los padres, profesionales y la comunidad en general juegan un papel crucial en el apoyo al desarrollo integral del niño.

 


Conclusiones

El análisis contemporáneo de las perspectivas de Leo Kanner sobre la paternidad refleja una evolución significativa en nuestra comprensión de las actitudes parentales. Aunque la teoría original de Kanner sobre las "madres nevera" ha sido desacreditada, su trabajo ha contribuido a una mayor comprensión de las dinámicas familiares y ha tenido un impacto duradero en la psiquiatría infantil.

Las actitudes de los padres, como la distancia emocional, la protección excesiva, la aceptación y el apoyo, así como la negación o incomprensión, son fundamentales en el desarrollo emocional y conductual de los niños. La crianza en el siglo XXI requiere un enfoque basado en la evidencia y una comprensión profunda de la diversidad y complejidad de las experiencias familiares. Este análisis resalta la importancia de un enfoque holístico en la crianza, donde el bienestar emocional, social y psicológico de los niños y sus familias esté en el centro de las prácticas parentales y de las intervenciones profesionales.

 

Referencias

1. Kanner, L. (1943). Autistic disturbances of affective contact. Nervous Child, 2, 217-250.

2. Volkmar, F. R., & Pauls, D. (2003). Autism. Lancet, 362(9390), 1133-1141.

3. Meltzer, H., Gatward, R., Goodman, R., & Ford, T. (2000). Mental health of children and adolescents in Great Britain. International Review of Psychiatry, 15(1-2), 185-187.

4. Rutter, M. (2005). Incidence of autism spectrum disorders: Changes over time and their meaning. Acta Paediatrica, 94(1), 2-15.

5. Sigman, M., & Capps, L. (1997). Children with autism: A developmental perspective. Harvard University Press.

6. Brazelton, T. B., & Cramer, B. G. (1990). The earliest relationship: Parents, infants and the drama of early attachment. Addison-Wesley.






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Dra. María Teresa Charún
Psicóloga Clínica Educativa
Máster en Salud y Bienestar Comunitario
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