SÍNDROME DIOGENES O TRASTORNO POR ACUMULACIÓN
Es un trastorno que se relaciona básicamente con los objetos, las personas tienen una relación ambivalente con los objetos y existe una característica de indiscriminación de los mismos (de valor ó basura).
La observación de casos repetidos de mayores con
comportamientos extremadamente huraños que vivían recluidos en sus propios
hogares y rehuían cualquier contacto con otras personas motivó la aparición en
la década de los 60 de un trabajo científico que detallaba este extraño patrón
de conducta. En 1975 fue bautizado como Síndrome de Diógenes, en referencia a
Diógenes de Sínope, un filósofo de la época de Aristóteles famoso por
preconizar un modo de vida austero y renunciar a todo tipo de comodidades.
Síntomas
Aislamiento social, reclusión en el propio hogar y abandono de la
higiene son las principales pautas de conducta. Las personas que lo sufren
pueden llegar a acumular grandes cantidades de basura en sus domicilios y vivir
voluntariamente en condiciones de pobreza extrema. El anciano suele mostrar una
absoluta negligencia en su autocuidado y en la limpieza del hogar.
Suelen reunir grandes cantidades de dinero en su casa o en el
banco sin tener conciencia de lo que poseen. Por el contrario, piensan que su
situación es de pobreza extrema, lo que les induce a ahorrar y guardar
artículos sin ninguna utilidad. Es frecuente que almacenen cantidades
grandísimas de basura y desperdicios sin ninguna utilidad. Incluso se han visto
casos de personas que atesoraban billetes antiguos sin curso legal, bombonas de
butano o latas de pintura.
Se
asocia a otras enfermedades Las altas
tasas de comorbilidad se observaron para el trastorno depresivo mayor (MDD),
así como para los trastornos del control de impulsos relacionados con la
adquisición (compras compulsivas, cleptomanía, y la adquisición de cosas
gratis).
Se asocia a otras enfermedades Las altas tasas de comorbilidad se observaron para el trastorno depresivo mayor (MDD), así como para los trastornos del control de impulsos relacionados con la adquisición (compras compulsivas, cleptomanía, y la adquisición de cosas gratis).
Menos del 20% de los participantes HD cumplieron
con los criterios para el TOC, y la tasa de TOC en HD fue mayor en hombres que
en mujeres. Las tasas de MDD y los trastornos del control de impulsos
relacionados con la adquisición fueron más altos entre los participantes con HD
que con TOC. El trastorno de ansiedad no específico fue más frecuente en HD,
pero la fobia social fue más frecuente entre los hombres con HD que en los
hombres con TOC. La falta de atención del TDAH se diagnosticó en el 28% de los
participantes con HD y fue significativamente más frecuente que entre los
participantes con TOC (3%).
Base fisiopatológica
Los
estudiosos hablan de los receptores para neurotransmisores, específicamente
serotoginérgicos y adregenérgicos, dado que éstos funcionan en un circuito
neuronal que incluye ganglios de la base, lóbulo temporal y corteza prefrontal.
Ya hay estudios experimentales
hablan de una comorbalidad de los acumuladores con el TOC; parece que lo que
hay es una predisposición genética sobre la cual actúan factores ambientales
que desencadenan o agravan el proceso. Obviamente, habría que mirar con lupa
los estudios genéticos. Existen incluso estudios comparativos de niños dados en
adopción, que crecen en hogares diferentes y se demuestra que la parte orgánica
y genética del TOC es prevalente sobre la parte ambiental, pero ese es un
aspecto que debe ser cuidadosamente analizado.
Tratamiento
En primera
instancia, el tratamiento para estas personas va dirigido a tratar las posibles
complicaciones derivadas del mal estado nutricional e higiénico. Sin embargo,
acto seguido es necesario instaurar medidas preventivas para que el cuadro no
vuelva a repetirse. Para ello se necesita un apoyo social suficiente, a través
de una institución geriátrica o de asistencia domiciliaria.
El problema es que los propios afectados suelen rechazar la ayuda social.
Si no están incapacitados por motivo de alguna patología psiquiátrica de base o
una demencia, no pueden ser ingresados en una residencia sin su consentimiento,
con lo que termina volviendo a su tipo de vida anterior.
El problema es que los propios afectados suelen rechazar la ayuda social.
Si no están incapacitados por motivo de alguna patología psiquiátrica de base o una demencia, no pueden ser ingresados en una residencia sin su consentimiento, con lo que termina volviendo a su tipo de vida anterior.
Sesiones y
consultas
Dra. María Teresa Charún
Psicóloga
Clínica Educativa
Máster en Salud y
Bienestar Comunitario
Universidad Autónoma de Barcelona - España
Contactos
Celular 950 986 309
E-mail: unifam2013@gmail.com
Facebook: https://www.facebook.com/Unifam1990
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